miércoles, 20 de febrero de 2013

Confluencia artística en Julio De la(s) Rosa(s)

         Hay personajes polifacéticos que lo hacen todo igual, otros que destacan en un ámbito aunque se muevan entre varios y luego están los que extrañamente impresionan en todo lo que hacen. Y en este último grupo de individuos se encontraría Julio de la Rosa. Quien fuese guitarrista y cantante de El hombre burbuja, ha participado en proyectos como Fantasma #3, el "supergrupo" formado por él mismo, Sergio Vinadé (Tachenko) y Pau Roca (La habitación roja)



Además, ha realizado bandas sonoras para películas como Una palabra tuya -basada en la novela homónima de la no tan esplendorosa Elvira Lindo-
          Pero si De la Rosa puede cambiar su apellido por el plural (De las Rosas) se debe tanto a su trayectoria como a sus últimos trabajos. En el 2013, además de haber estado nominado a los Goya del pasado domingo por la banda sonora de Grupo 7, ha publicado su última novela, Peaje, y su último disco. Del libro no podemos apenas opinar por no haberlo leído, pero su sinopsis nos presenta una interesante trama que dice así:

"A Julio de la Rosa no le bastaba con escribir algunas de las mejores letras contemporáneas de la música española. En su primera novela, Peaje, demuestra una extraña madurez literaria, una mirada muy personal y un manejo del monólogo interior que recuerda a la crudeza y la profundidad del mejor Salinger: el protagonista trabaja como cobrador en la cabina del peaje de una autopista. Desde allí mata el tiempo inventando las vidas de los conductores, pero también, y en otro plano, seduciendo y acostándose con Sonia, su supervisora. Poco a poco, la distancia entre la ficción y la realidad irá acortándose hasta tal punto que será difícil separarlas."

       De sus obras anteriores hemos podido leer Diez años foca en un circo -de la que os dejamos una reseña de Enrique Bunbury- donde se encuentra este breve pero conciso poema:


Me resbalé.
Estaba claro que caía al suelo.
No hacía falta que vinieras tú
A ponerme una zancadilla

      Con una obra poética muy cercana a la que realizan Antonio Luque o la propuesta postpoética de Fernández Mallo, Julio de la Rosa ha sabido llevar su talento al terreno musical. Esto queda completamente demostrado con su último álbum: Pequeños transtornos sin importancia. El disco, cuya portada llevará posiblemente a controvertidas interpretaciones que él explicó en Hoy empieza todo como conjunción de diversos y extraños trastornos, cuenta con la participación de múltiples artistas como Anni B Sweet o Xoel López.



        Del mismo modo que Los Planetas cantaban aquello de "espero que acabes colgando de un pino", el artista jerezano ha interiorizado la lección y canta "si escuece que te jodan, que lo sufras, que ya es hora". Julio de la Rosa nos deleita este año con diez temas cuyas melodías vocales se asemejan en ocasiones a una mezcla entre Sr Chinarro y Nacho Vegas   -como en "Un corazón lleno de escombros" o "Borrón y cuenta nueva"-, mientras que en otras realiza juegos de voces que podrían conformar un himno generacional como "Gigante" -la cual os recomendamos encarecidamente que la escuchéis-.
         Tenemos, por tanto, en este artista la confluencia de todo lo que más nos gusta. No se puede saber qué pasará a partir de aquí, pero de momento De la Rosa se está convirtiendo en el artista del 2013.

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